La influencia norteamericana
Un viaje de estudios a Canadá y Estados Unidos en 1993 fue el detonante. Nicolas TANT, entonces un joven ingeniero diplomado de la École Supérieure du Bois de París, descubrió un nuevo modo de vida en torno a las "cubiertas" que resonaría 15 años después.
A principios de la década de 2000, la moda estaba servida y el jardín se estaba convirtiendo en un nuevo espacio vital en Europa, además de un lugar para relajarse y socializar. Las terrazas de madera estaban en auge como nunca antes.
Durante esta nueva fiebre, a finales de los 90, la madera compuesta hizo su aparición en EE.UU., ofreciendo una interesante alternativa a la madera. Es más duradera y, sobre todo, más fácil de mantener.
La madera es un material cálido, único y auténtico, pero requiere cuidados regulares. A excepción de las maderas exóticas, su vida útil es limitada. Las primeras maderas compuestas eran monoextruidas. Esta mezcla de plástico y madera revolucionó el mercado de las tarimas. Las formulaciones mejoraron para garantizar una mayor durabilidad.